
Y aunque el microlearning se ha vuelto muy de moda en el ámbito del e-learning, también existen una serie de mitos sobre lo que es y lo que no es.
Dado que este artículo está basado en un webinario organizado por iSpring con la invitada especial y oradora Shannon Tipton, autora del libro Disruptive Learning y del blog Learning Rebels, empezaremos citándola:
«El microaprendizaje surgió como una solución para muchos desafíos de la industria, y por esta razón es uno de los temas más candentes en el aprendizaje organizacional en la actualidad. Sin embargo, si examinamos críticamente algunos de los temas más presentes en las conversaciones sobre microaprendizaje, descubriremos que hay varios mitos que se usan para fomentar el interés por el microaprendizaje».
¿Qué es el microaprendizaje?
Pero antes de hablar sobre lo que no es, vamos a mencionar brevemente lo que es. Nuestra invitada, Shannon Tipton, define el microaprendizaje como:
«unidades cortas de contenido del tamaño correcto para ayudar al estudiante a conseguir un resultado específico. Información muy, muy específica, sobre un tema específico, para una audiencia muy específica, para que sea lo más efectiva posible».
Ella aclara que es: «una manera de aprender».
El microaprendizaje es útil para:
- «Actualizar» o «repasar rápidamente» los conocimientos
- El aprendizaje justo a tiempo (JIT)
- Convertir políticas y manuales en presentaciones multimedia interactivas y cuestionarios en línea
- Ofrecer capacitación a los empleados cuando sea conveniente para ellos
Como podemos ver en esta breve lista, el microaprendizaje hace hincapié en el enfoque, el contexto, el apoyo y el resultado. Los minicursos son por lo tanto «sprints», pero significan acción, y no distracción. Y dado que son cortos por naturaleza, es importante que nos centremos en dirigirnos a nuestra audiencia de manera adecuada.
Así que vamos a ver los 7 mitos más comunes sobre el microaprendizaje:
Mito 1. El microaprendizaje debe tener una determinada duración: tiene que ser corto
Lo bueno, si breve, dos veces bueno. Sin embargo, no existe un límite fijo para la duración de un módulo de microaprendizaje. Lo importante es encontrar lo que mejor funciona.
Lo cierto es que, en el mundo laboral actual, si quieres mantenerte activo, debes aprender continuamente. El microaprendizaje nos permite acceder a información siempre que necesitemos aprender sin sobrecargar nuestra capacidad para retener información.
Y una de las razones por las que en la actualidad necesitamos algo «breve», la podemos encontrar en el libro de Josh Bersin «The Disruption of Digital Learning: Ten Things We Have Learned, en el que calcula que «el 1% de una semana laboral típica, es decir 24 minutos a la semana, es todo el tiempo que los empleados tienen para concentrarse en la capacitación y el desarrollo».

Los empleados dedican el 1% de su tiempo a aprender, es decir, 24 minutos a la semana
Y durante estos 24 minutos, el alumno debe enfrentarse también a la pérdida de concentración y la falta de retención de la información. Pero, ¿por qué perdemos la concentración y no recordamos lo que estudiamos? Por varios motivos:
- Somos interrumpidos por mensajes, llamadas telefónicas y por nuestros compañeros. La mayoría de nosotros hacemos múltiples tareas constantemente, ya sea de manera intencionada o no, debido a todas las interrupciones de la tecnología: mensajes de texto, correos electrónicos, llamadas e incluso nuestros compañeros de trabajo y otras personas. Por ejemplo, cuando lees un artículo ¿lo lees de principio a fin? ¿O una página web? O cuando miras un video ¿lo miras de principio a fin? Eso pensaba. Según un estudio de Nielsen Norman Group «En una página web, los usuarios tienen tiempo para leer como máximo el 28% de las palabras durante una visita típica; y lo más probable es que lean el 20%».

Gráfico que muestra la cantidad máxima de texto que los usuarios pueden leer durante
una visita típica a páginas con diferentes conteos de palabras
- Debido a la aceleración del ritmo de vida, la capacidad de atención de las personas se vuelve cada vez más corta.
- La investigación (y probablemente tu propia experiencia) nos ha demostrado que nuestra capacidad para retener información disminuye a medida que la duración de una sesión de estudio aumenta. En otras palabras, el cerebro necesita descansos periódicos.
- Nuestra memoria es selectiva porque tiene que serlo. Cada día estamos expuestos a muchísimos estímulos visuales, auditivos e informativos y, para no sobrecargarnos, nuestro cerebro descarta la gran mayoría de estos estímulos para que podamos concentrarnos en lo que es más importante. ¿Recuerdas qué vestías o qué almorzaste hace 33 días? Por supuesto que no. ¿O alguna vez has tenido que releer párrafos, páginas o capítulos de un libro que tenías la intención de memorizar? A todos nos ha pasado. Aunque recordar los que vestías o lo que comiste no es esencial para tu productividad y efectividad en el trabajo, generalmente leemos, miramos o escuchamos contenido con la intención de retenerlo para uso futuro, pero el cerebro no absorbe tanto como nos gustaría.
Por esto, a menudo necesitamos una aprendizaje que sea breve, con información que sea relevante y útil, y que sea impactante para que nuestro cerebro la retenga antes de que perdamos la concentración y/o alguien nos distraiga la atención.
La información ofrecida en el microaprendizaje es muy fácil de retener, si se prepara correctamente.
Sabemos que este aprendizaje debe ser corto. Pero, ¿qué significa exactamente corto? Aunque la palabra microaprendizaje tiene el prefijo «micro-«, no es necesario exagerar. Como afirma Shannon Tipton,
«Tu microaprendizaje debe ser tan largo como sea necesario y tan corto como sea posible…. Debe tener el tamaño adecuado para ese momento».
Lo más importante no es la duración, sino la concentración. El objetivo es mantener al alumno implicado durante un período de tiempo que sea práctico y efectivo teniendo en cuenta su horario ocupado y ofrecerle contenido personalizado para evitar la sobrecarga cognitiva.
Dicho todo eso, muchos proponen un límite de 3 minutos. Sin embargo, si un video es muy interesante y relevante, puede durar hasta 12 minutos, pero sin contenido innecesario.
Shannon nos dice también que un estudio realizado por la BBC indicó que el 94% de los estudiantes prefieren módulos de microaprendizaje de menos de 10 minutos.
La conclusión es que, a medida que el tiempo se vuelve cada vez más valioso, todos tenemos que usarlo sabiamente.
Mito 2. El microaprendizaje requiere una tecnología muy avanzada
El poder para crear este tipo de aprendizaje está en tus manos. Literalmente. Puedes hacerlo usando tu teléfono celular.
Ya no tienes que grabar videos en un estudio costoso y comprar software especializado y costoso e invertir mucho tiempo en aprender a usarlo, como ocurría en el pasado.
Y, aunque es bueno crear tu material de aprendizaje electrónico en una computadora, también puedes hacer muchas cosas usando la tecnología que está ‘en la palma de tu mano’.
¿Alguna vez has dejado de ver un video en línea porque el audio era terrible, no porque la filmación no fuera perfecta? Ahora que el aprendizaje remoto se está volviendo más popular, una calidad inferior a la cinematográfica es bastante aceptable. Lo importante es que el contenido de microaprendizaje llegue a quienes lo necesitan, cuando lo necesitan (¿te acuerdas del aprendizaje justo a tiempo?), y en un formato que les ayude a retenerlo.
Dicho de otra manera, la ‘superproducción’ es contraproducente. Lo más importante no es la perfección, sino que los alumnos retengan la información. Shannon Tipton también habla sobre esto:
«El contenido generado por el usuario no tiene que ser perfecto. La perfección es una gran enemiga de la productividad».
La prioridad es entregar la información a quienes la necesitan, cuando la necesitan, y no es necesario usar una tecnología avanzada para ello. Por lo tanto, la idea de contenido generado por el usuario no debe desalentarte. Debes hacerte las siguientes preguntas:
- ¿El aprendizaje que he creado cumple con su objetivo?
- ¿La información es correcta?
Si ofrece al alumno lo que necesita en el momento en que lo necesita, entonces, sí, cumple con su objetivo.
Y si te preocupa la fiabilidad del contenido, puedes ponerte en contacto con su creador. Sin embargo, si alguien se tomó el tiempo y la molestia de generar el contenido, debes tener esto en cuenta. Si el contenido fue generado por alguien de tu empresa que tiene conocimientos sobre el tema, pero lo hizo ‘sobre la marcha’, entonces probablemente no haya ningún problema con respecto a su exactitud.
Mito 3. El microaprendizaje tiene que ser fácil de crear
Crear contenido requiere tiempo y energía. Aunque los módulos de microaprendizaje, por definición, son relativamente cortos, la creación del producto final no es necesariamente un proceso simple. Ten en cuenta lo siguiente:
- A menudo tardas más tiempo en editar lo que has escrito que en escribirlo
- Tardarás más tiempo en diseñar una infografía que en generar las ideas que se incluyen en ella
- Tardarás más tiempo en editar un video que en grabarlo
- Tardarás entre 3 y 5 veces más en editar una narración que en grabar la voz original
Todos estos detalles son, por lo tanto, la parte más difícil del proceso. Incluso en el caso del microaprendizaje.
Ten en cuenta que para que sea útil, la creación de contenido requiere planificar y presentar la información en una progresión lógica (principio, núcleo y final). Como afirma Shannon Tipton,
«Un curso de microaprendizaje debe ser un viaje de aprendizaje y tener una narrativa que lleva al usuario de un punto a otro, terminando con una aplicación específica del conocimiento. Es muy importante que tenga una estructura general y esta es igual de importante que el contexto y la relevancia».
Además de esto, los módulos de aprendizaje deben ser concisos: no hay que malgastar el tiempo con elementos innecesarios y adornos, ya que estamos hablando de aprendizaje justo a tiempo que ha sido creado para usarse en el mismo momento que se necesita.
Mito 4. El microaprendizaje es una moda pasajera
Una moda pasajera es «una tendencia de corta duración que genera un entusiasmo ampliamente compartido».
El microaprendizaje apareció en los años 90 y se considera que este término fue usado por primera vez en un trabajo de 1963 de Héctor Correa titulado «La economía de los recursos humanos». Pero debemos tener en cuenta que el concepto de aprendizaje en unidades más cortas y rápidas es parte integral del proceso evolutivo humano y, por lo tanto, ha existido durante milenios.
Volviendo a la actualidad, podríamos decir que las apps para celulares inteligentes son microaprendizaje puro. Y puesto que el microaprendizaje es cada vez más popular, debido a su efectividad, parece que está aquí para quedarse. La necesidad de actualizar nuestros conocimientos y de acceder a contenido de apoyo, al que a menudo se accede con un celular, son emblemáticos de nuestra continua «necesidad de rapidez».
A esto, sumamos el hecho de que el ritmo de la vida moderna es cada vez más acelerado y no muestra signos de desaceleración, a menos que todos nos olvidemos de la tecnología (y no es muy probable que esto ocurra). Como afirma Shannon Tipton:
«Independientemente de cómo se haya llamado: contenido de apoyo o refuerzo, unidades de aprendizaje, fragmentos de información…el microaprendizaje está presente en nuestras vidas desde hace mucho tiempo. Y va a seguir presente durante mucho tiempo.»
Mito 5. El microaprendizaje significa simplemente fragmentación
¿El microaprendizaje es simplemente fragmentos o cápsulas de conocimiento, o es mejor llamarlo aprendizaje electrónico en unidades pequeñas?
Según la definición inicial de Shannon, los módulos de microaprendizaje son «información muy específica, sobre un tema específico…»
A diferencia de la fragmentación, en la que los «fragmentos» son porciones de información interdependientes y no son módulos de aprendizaje independientes, las unidades de microaprendizaje proporcionan contenido autónomo para mejorar el rendimiento y tienen un objetivo de aprendizaje específico.
Aunque la fragmentación de un conjunto de información más grande puede ser útil para dividir la información y controlar mejor la carga cognitiva, los «fragmentos» dependen los unos de los otros para tener sentido. Para ilustrar esto: los capítulos de un libro o un manual técnico podrían, si se separan, considerarse fragmentos, ya que dependen los unos de los otros para tener sentido y, normalmente, deben consumirse en orden para que sean útiles.

Mito 6. El microaprendizaje es una solución universal
El microaprendizaje no es una solución milagrosa para todas las necesidades de formación. Dado que es útil para mejorar el desempeño y reforzar contenidos, es más una intervención que es útil en un determinado momento para un propósito específico.
Los módulos se pueden agrupar en categorías y enviarse a alguien que necesite ese tipo de información para que pueda elegir lo que mejor se adapte a sus necesidades en ese momento, pero el microaprendizaje no pretende ser exhaustivo como un curso a largo plazo (presencial, en una clase, o a distancia) cuyo objetivo es transmitir temas más complejos y más información.
Un conjunto de módulos de aprendizaje podría tratar temas como «términos clave que debes usar para cerrar un trato» o «cómo parecer brillante durante una reunión de directores», por ejemplo, y el alumno puede seleccionar los módulos que mejor se adapten a sus necesidades y estudiarlos en el orden deseado. En este caso, solo tienes que enviar el conjunto específico que se adapte a la necesidad de la persona en ese momento.
Por lo tanto, aunque el microaprendizaje está «listo para usar», no es una solución universal.
Mito 7. El microaprendizaje se basa en videos
Según Shannon, «El contenido es lo primero, la manera de entregarlo es lo último».
Los videos son muy útiles en el microaprendizaje, pero también podemos usar otras formas de entregar la información como listas de verificación, preguntas frecuentes y cuestionarios.
Lo importante es generar contenido que sirva para el propósito en cuestión.
Shannon Tipton señala que, además de videos, puedes crear contenido sin tener que usar mucha tecnología, como tarjetas para billetera, ayudas para el trabajo, árboles de decisión, infografías o listas de verificación. Por ejemplo:
- Las infografías presentan una gran cantidad de información a los alumnos usando una imagen visualmente atractiva
- Los clips de audio permiten que los equipos colaboren, creando una biblioteca de la que los futuros miembros del equipo pueden aprender
- Los árboles de decisión permiten trabajar en la resolución de problemas
Si alguien necesita repasar sus conocimientos sobre cómo usar una carretilla elevadora, por ejemplo, probablemente un video será la mejor opción para entregar esta información, incluso un video creado por un usuario. Por otro lado, un contable, por ejemplo, probablemente necesitará contenido basado en texto. Para un vendedor, una lista de verificación o una infografía podría ser más útil cuando va a reunirse con un cliente. Y en todos estos casos, las grabaciones de audio sobre temas específicos podrían serle útiles al empleado y puede escucharlas mientras se desplaza de casa al trabajo o del trabajo a casa. Todo depende del objetivo que tenemos en ese momento.
Conclusión
En conclusión, en el microaprendizaje el proceso de aprendizaje debe ser corto, conciso y enfocado. Tiene que cumplir su objetivo lo antes posible para que los empleados puedan hacer su trabajo en el acto. Ahora que sabes lo que es y lo que no es, esperamos que te sea más fácil crear contenido de microaprendizaje más efectivo.

Shannon Tipton
Learning Rebels, LLC.
Shannon Tipton, propietaria de Learning Rebels, LLC., es experta en el desarrollo de estrategias e infraestructuras de aprendizaje usando tecnologías de aprendizaje y microaprendizaje. Shannon ha ayudado a numerosas empresas a alcanzar su pleno potencial y a ofrecer capacitación interesante. Su blog «Learning Rebels» es uno de los 100 mejores blogs de e-learning. Shannon también fue nombrada una de las 100 principales «Movers and Shakers» del e-learning por eLearning Industry. En 2015, publicó su libro Disruptive Learning: Discover Your Inner Learning Rebel.
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